Son varias las composiciones de este tipo que conocemos en la obra del pintor valenciano de Cañamelar. Durante su primera estancia en la Ciudad Eterna, a la que llegaría en 1878, donde por otra parte acabaría pasando gran parte de su vida, Benlliure se contagió de esa fiebre artística, protagonizada por los macchiaioli, a la que se sumaron otros muchos pintores españoles.
En escenas de pequeñas dimensiones, como esta, con pincelada enérgica, abocetada en ciertos puntos pero a la vez minuciosa en otros, preciosista, los pintores representaban sucesos de lo cotidiano, de lo social, costumbres populares que poco tenían que ver con la pintura academicista e histórica.
La obra que aquí se presenta nos muestra un momento del carnaval romano, donde pervivían las más antiguas tradiciones del carnaval. En el balcón de un palacete romano, probablemente uno de esos de la popular vía del Corso por donde transcurría la fiesta, engalanado con tapices, guirnaldas, cirios y argollas, varios personajes, ataviados algunos con ropajes propios del momento, otros con sus mejores galas, disfrutan de lo que acontece en la calle.
Recoge la tabla un preciso instante, como si de una fotografía se tratase. Una mujer, a la izquierda de la composición, baja un canastillo de flores sujetado de un hilo, mientras detrás se sitúan un hombre disfrazado de brujo y una mujer que cubierta de joyas sujeta un cesto de flores. Más hacia el centro, dos mujeres, la de rosa guarda un gran parecido con la que acabaría siendo su mujer, María Ortiz Fullana, protagonizan la escena, acompañadas de otros personajes, uno de ellos vestido de mosquetero. Más a la derecha, delante de una inscripción que da título a esta obra y que además la fecha, y que reza: «Carnevale Di Roma 1881», unos niños lanzan flores y aleluyas, en alguna de ellas perfectamente legible la palabracarnevale, mientras una mujer, entre otras dos, ataviada con un vestido blanco dieciochesco con gran gorguera, parece haber lanzado un ramo mientras sujeta otro con su diestra.
Como decíamos al principio, conocemos varias composiciones semejantes a ésta. Sabemos que en diciembre de 1885 Benlliure estaba finalizando un cuadro de grandes dimensiones titulado El carnaval de Roma; tal vez el que presentó a finales de los ochenta en Italia con el título El carnaval de Roma: batalla de flores. El estudio previo de esta obra no localizada es, para algunos, el abocetado lienzo (120 x 182 cm) que se conserva en la Casa-Museo Benlliure de Valencia. También sabemos que el pintor presentó, entre otras obras, un Carnaval romano en la III Exposición Regional de Valencia de 1935.
Además, con el mismo asunto y muy parejo a esta magnífica tabla, aunque de tonalidades más oscuras y abriendo a su derecha un espacio de fondo, se conserva otro lienzo (62 x 102 cm), perteneciente a una colección particular y varias veces reproducido. También la colección Masaveu posee otro Carnaval de Roma (60 x 92 cm) muy parecido a este último.
Fuente: Museo Carmen Thyssen de Málaga